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Ayala y Abbondanzieri, los dos más grandes, se prepararon a conciencia y hoy son los dos mejores promedios

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MARCELO SOTTILE

Receptores de todas las críticas previas al Mundial, son los guardaespaldas de la Selección aunque no se vistan con trajes pegados al cuerpo y anteojos caiga quien caiga. Porque si se promedian los cuatro partidos que lleva la Copa del Mundo para Argentina, se comprobará que Roberto Ayala y el Pato Abbondanzieri son los dos mejores jugadores del equipo que está en cuartos. Las críticas para la defensa ya se visualizan en blanco y negro.

"Yo siempre lo dije: la última línea necesita horas de trabajo para conseguir el mejor funcionamiento. Por eso ahora podemos jugar como lo hacemos", explica el defensor que se deglutió en fila a figuritas conocidas como Drogba, Milosevic y Van Nistelrooy (con Borgetti no se dio un duelo tan personal). "Yo sabía que en el momento del Mundial iba a rendir. Estaba convencido, por eso lo repetía a cada rato", cuenta el uno que se puso en un guante pelotas difíciles de Drogba y una pinchada de Borgetti.

Los dos se preparon especialmente para jugar el Mundial. Ayala, porque es su tercero y quizás el último, porque su pasaporte acusa 33 años cumplidos en abril. "Fabián se mató para estar bien, porque no quiere que su imagen en la Selección sea una lesión mientras calentaba antes de Nigeria", deja saber una persona de su círculo privado. Al Ratón, aunque parezca una contradicción, lo ayudó lesionarse en el Valencia. Porque de ese modo pudo prepararse físicamente para estar tan fino en los cierres como se lo ve. A diferencia de sus compañeros, no jugaba los fines de semana, y eso no le interrumpió su puesta a punto.

Abbondanzieri se esforzó porque es su primer Mundial y seguro el único, porque ya anunció que el año que viene se retirará para irse a manejar un tractor a su campo de Bouquet. Pero para ser arquero top de Selección se preparó a conciencia para rendir a la altura del acontecimiento. Durante meses fue al complejo de Ezeiza, sin testigos, para ver videos con Hugo Tocalli y José Pekerman. El es muy obsesivo: aunque no haya orden del técnico de por medio, repasa siempre los videos de sus juegos. Uno que miró mucho fue el amistoso con Croacia, el último antes de que saliera la lista. Porque había repetido la falta de seguridad, ésa que lo llevó a tener largas charlas con el Pato Fillol y también con Marcelo Roffé, el psicólogo que colabora de modo externo con el plantel. Y eso que Abbondanzieri, en los momentos que se quería escapar de Boca porque estaba encadenado al banco, nunca quiso analizarse...

Para ellos, su Copa del Mundo empezó mucho antes que el 10 de junio contra unos morenos rápidos con la pelota aunque sólo se repitiera el apellido Drogba. Por eso ahora pueden decir yo hice para merecer esto. Sus éxitos en Alemania 2006 ya no tienen más secretos.