Tuesday, June 06, 2006

Pasión y sueños en un dibujo celeste y blanco

Fuente:

Miguel A. Vicente

El viejo castillo del mil quinientos sufrió una nueva conquista. Una "banda de argentinos" plantó bandera cerca de la medianoche, se trepó al escenario e hizo oír el himno tribunero más potente. Entre tanto agitar de servilletas y de voces encendidas, pareció que las fotitos del árbol genealógico de la familia Thurn, que colgaba en forma de cuadro en la pared, se movían al compás de la música y aceptaban mansamente que el cierre de la noche, después de tanto show, fuese a la argentina.

Si ese final se hubiese estudiado y practicado no habría salido mejor. Tan arriba, tan emocionante. A tal punto que un periodista italiano de la Gazetta dello Sport se acercó a José Pekerman y le susurró al oído: "Esto no existe en Ita lia, acá se siente la camiseta...".

Esos cinco minutos de explosión tienen su lectura. Si no hay grupo que lo sostenga, nada se puede transmitir. Y los jugadores de la Selección no sólo transmitieron, también contagiaron. Y fueron varios los que se sumaron, servilleta en mano, a la fiesta.

En el estómago ya se había asentado la comida. También había quedado atrás la mezcla de olores del principio: la del humo del asado y la de los perfumes franceses. El glamour, pura elegancia de los invitados, la mezcla con los anfitriones, que con ropa de época circulaban entre los jugadores. Una reina de belleza alemana que no podía agacharse mínimamente por culpa de una súper minifalda que la dejaba seguido en posiciones incómodas. La trastienda de los asadores, comandados por don Carlos Santillán, que vino con su gente desde Colonia para cocinarlo al estilo criollo.

La "cancha" de quienes revolvían las brasas, husmeaban y sacaban un pedacito de carne a escondidas para los que se acercaban a la parrilla. La súplica de Griselda, que hace cinco años que vive en Nuremberg y dijo a quien quisiera oírla que "moría por un choripán". La nostalgia que se desprendía de todos esos argentinos que participaron del show. El revuelo que provocaron las chicas vestidas de monjas que cruzaron el salón con un par de botines al hombro. Las risas, los gritos, los sueños. El sentimiento que desbordaba el corazón para transformarse en canción.

Pekerman dice que esto motiva
La amabilidad de José Pekerman no es novedad. La pasión con la que se movió anoche en la fiesta de gala que se le ofreció a la Selección Argentina, sí. Y el técnico argentino vivió el agasajo con unas ganas y una emoción indisimulables: "Esto es muy lindo y hay que saber aprovecharlo como motivación. Los jugadores están muy bien en todos los aspectos, lo físico y lo psicológico. Por eso estos momentos de esparcimiento le vienen bien al grupo".

—José, hace mucho tiempo, o quizás nunca se vivió un desacartonamiento como el que se ve ahora en la Selección...

—Puede ser. Es que estamos muy bien y sabemos que la gente tiene mucha esperanza en todo lo que este equipo puede darle y eso también sirve. Esperemos que las cosas salgan bien porque esa es la intención y porque este grupo está trabajando para lograr ese objetivo que no es otra cosa que dejar contentos a todos los argentinos.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home